viernes, 18 de marzo de 2016

JAÉN: Manifestación por Andrés Bódalo del SAT

BÓDALO LIBERTAD




Andrés Bódalo, concejal del Ayuntamiento de Jaén, sindicalista histórico del SAT y candidato por Podemos al congreso de los diputados, se encuentra a la espera de que se ejecute la sentencia firme que lo condena a tres años y medio de prisión por un delito de atentado contra la autoridad. Esta condena es consecuencia de hechos que sucedieron durante las movilizaciones jornaleras que se llevaron a cabo en el pueblo de Jódar en el año 2012. Releo lo que acabo de escribir, esa fila de letras y espacios que componen palabras y oraciones, y esas dos frases gélidas se me clavan como alfileres en los ojos. Es porque tengo conocimiento y conciencia. Conocimiento de lo que pasó en Jódar y de lo que ha pasado en el proceso judicial. Conciencia de clase y de andaluz.
A menudo durante estos meses, en los que he tenido la inmensa fortuna de conocer a fondo a Andrés Bódalo compartiendo espacios políticos y personales con él, he sentido como en todo momento, incluso en los alegres, le atravesaba la mirada y la voz una nube negra siempre amenazando descargar. Muchos confiábamos en que la cosa no llegara tan lejos. Nos resultaba increíble que se llegara a este punto. Y sin embargo Andrés Bódalo puede ingresar en prisión para cumplir una condena de tres años y medio. Se trata de una condena injusta y desproporcionada. Una condena que solamente se puede explicar desde la lógica de la represión del enemigo. Un enemigo que encarna a la Andalucía que hay que someter y acallar. Una condena que, durante todo este tiempo, no ha dejado de evocarme otra condena que no tiene nada que ver con el universo de un jornalero y sindicalista andaluz: la condena de un personaje literario. La condena de Jean Valjean.
Una noche de desesperación, en un pueblo de la Francia del siglo XIX, cuando el hambre apretaba, Valjean quebró el cristal de una panadería, introdujo el brazo y robó un pan. El panadero despertó y lo atrapó en la huida. Valjean fue juzgado y condenado a tres años de condena en galeras. Los tres años se convirtieron en diecinueve. Así comienza una de las tramas principales de esa gran epopeya de redención personal y social que es “Los Miserables” de Víctor Hugo.
La condena de Valjean es la condena de los miserables de la tierra, los desposeídos, los proletarios. Es la condena que impone el derecho de la burguesía bien pensante y bien viviente a los que se rebelan contra su destino de pobres y oprimidos. La condena de Andrés Bódalo es la condena del que ha ido más adelante en el camino de la liberación, la condena del que ha osado levantarse y señalar que en pleno siglo XXI, en esta Andalucía de los 37 años de “progreso” socialista, en muchos pueblos andaluces las condiciones de trabajo y de vida del campesinado siguen siendo miserables. Lo peligroso de figuras como Bódalo es que no sólo se levantan sino que apelan a la dignidad de un pueblo y provocan que otros se levanten. Y eso es imperdonable. Y siempre habrá un Javert dispuesto a dejarse usar para perseguir a los que claman por la justicia social. Siempre habrá guardianes y mamporreros de la pequeña justicia que sólo sirve a unos pocos. Siempre habrá un teniente de alcalde socialista que se preste al juego.
Andrés Bódalo puede ingresar en prisión por una condena emitida en un juicio en el que no se admitieron como prueba videos que corroboran la versión de la Guardia Civil y en los que se muestra claramente que no sólo Andrés no agredió a nadie, sino que trató de apaciguar los ánimos. Andrés puede ingresar en prisión porque solamente se admite en dicho juicio el testimonio de la Policía Municipal, asalariada de la acusación. Andrés puede ingresar en prisión porque la procuradora que debe presentar el recurso de casación ante el Tribunal Supremo extrañamente –que casualidad- se olvida de presentarlo en plazo y porque el Tribunal Supremo se niega a admitir recurso de revisión que enmiende este error formal, dejando a Bódalo en una posición de clara indefensión jurídica. Todo indica que Bódalo puede entrar en prisión porque de alguna forma ya tocaba que un sindicalista tocacojones del Sindicato Andaluz de Trabajadores, y si además es de Podemos, mejor que mejor, entrara en prisión.
A usted que lee esto le gustará Andrés Bódalo más o menos, le gustará el SAT o Podemos más o menos, pero debe usted de saber que si Bódalo entra en la cárcel, a muchos que creemos en la Justicia con mayúsculas nos meterán con él. Si usted es de estos últimos debe impedir, junto con nosotros, que se cometa este atropello. Bódalo libertad.

David Peñafuerte Rendón