domingo, 25 de abril de 2021

Aquel 25 de abril de 1974, la Revolución de los Claveles en Portugal, supimos que la dictadura caería



 No todas las revoluciones implican violencia: la revolución de los claveles de Portugal en 1974 puso fin a una larga dictadura sin apenas derramar una gota de sangre.
 Hay que remonta a 1926, año en el que se implantó en Portugal el “Estado Novo”, un régimen en línea con las corrientes totalitarias de la Europa del momento que acabaría siendo la dictadura más larga del siglo XX en Europa.El “Estado Novo” permaneció más o menos estable hasta finales de la década de los 60, cuando la tensión aumentó en Portugal y fue debilitado por las guerras coloniales de la que tanto el ejército como el pueblo estaban hartos. En 1972 surgió el Movimiento de las Fuerzas Armadas, una organización clandestina dentro del propio ejército portugués cuyo fin era liberar gradualmente las colonias y alcanzar la libertad democrática en Portugal.
 El 25 de abril de 1974, de madrugada, sonó por la radio la canción “Grândola, Vila Morena”, elegida como contraseña por los militares. Su emisión supuso el inicio del golpe: comenzaba la revolución de los claveles.






sábado, 17 de abril de 2021

Unión Flamenca y su sindicato critican las subvenciones 2021 del Instituto Andaluz del Flamenco al tejido asociativo del sector


14 de abril de 2021 -  La Asociación de Artistas Profesionales del Flamenco, Unión Flamenca
lamenta que la convocatoria de subvenciones para la promoción del Tejido Asociativo del Flamenco en Andalucía publicada por la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales de la Junta de Andalucía haya ido disminuyendo a lo largo de los años pasando de ser 120.000 euros a 65.000 (lo que implica un a reducción de casi un 46%). A pesar de que la entidad ha mantenido varias reuniones con esta institución –donde reclamaba un mayor apoyo para el sector– parece que este de momento no va a materializarse en forma de un aumento de las partidas económicas.

Para Unión Flamenca y su sindicato esta merma en el presupuesto supone una ofensa para el tejido asociativo flamenco “que tanto hace por poner en valor este arte, analizarlo, estudiarlo, difundirlo y generar empleo digno para muchísimas personas que se dedican profesionalmente a él”, ha explicado.

Estas ayudas destinadas tanto a las peñas como a las asociaciones culturales flamencas –entre las que Unión Flamenca y su sindicato se encuentran– podrían suponer un importante acicate en lo que a la generación de empleo, protección y difusión del flamenco se refiere. “Sin embargo, con estas cantidades insuficientes que no alcanzan ni los 200 euros por entidad poco se podrá hacer”, ha explicado Unión Flamenca. 
La Asociación de Artistas Profesionales del Flamenco considera esta convocatoria de subvenciones “un claro ejemplo de la escasa importancia y valor que la Junta de Andalucía le da al flamenco, sus artistas y el tejido asociativo que tanto hace por él”.

En este sentido, la organización de artistas ha hecho hincapié en que “es inaceptable que peñas y asociaciones tengan que competir por unas subvenciones tan escasas” ya que estas entidades, “pese a trabajar por la protección y difusión del flamenco y sus artistas, tienen funciones y objetivos tan diferentes como necesarios”. Estas ayudas, como ya expresó la entidad en la comparecencia publica del Parlamento de Andalucía, son resultan fundamentales para gran cantidad de artistas del flamenco, ya que la contratación por parte de las peñas supone un porcentaje muy importante de sus ingresos, máxime en un año tan atípico y difícil para el sector. Por ello, Unión Flamenca reivindica que se creen “líneas independientes de subvenciones” para unas y otras, ha explicado.

lunes, 5 de abril de 2021

OPINIÓN: Teresa Rodríguez y la Virgen del Rosario

 Reme - felma.orgHay tres cosas que como mujer, andaluza y atea me gustaría decirle a Teresa Rodríguez ante su defensa de la condecoración concedida por el alcalde de Cádiz a la Virgen del Rosario:

Soy mujer y no hay nada en esa imagen de joven madre vestida de oro y paño, ni en ninguna otra de carácter religioso de las que tanto abundan en mi tierra, que me provoque el más mínimo sentimiento ni emoción mística o popular. Al contrario: pensar que representa a una mujer de la que se valora que se mantenga virgen, como si serlo fuera algo más puro que lo contrario y no serlo fuera algo malo, me ofende como mujer que ha parido sus hijos de la forma más natural del mundo, es decir, después de haber follado. Saber que esa «virgen» es el icono de la mujer sumisa, obediente, esclava de la voluntad de un hombre, y que sirve de referencia para mantener esa situación entre las mujeres allá donde se encuentra, ya sea en iglesias, escuelas o cofradías de pescadores, me ofende aún más, porque que piensen de mí que soy sucia o menos pura, me da lo mismo, yo sé que no es así, pero que transmitan esos valores misóginos y patriarcales en escuelas, ceremonias y fiestas populares de esas que, según Teresa, trascienden lo religioso, me resulta desolador.


Soy andaluza. Es verdad que no soy gaditana y no puedo sentir el fervor «pararreligioso» que provoca la Virgen del Rosario, pero soy malagueña y podría verme arrebatada por un sentimiento parecido ante la Virgen del Amor que, como su ¿hermana? (no sé que son entre sí estas dos señoras) gaditana, también ha sido objeto de una condecoración. Condecoración que -esta sí- fue criticada desde las filas del partido político de Teresa Rodríguez. Seguramente al ser un ministro ajeno al sentimiento andaluz quien se la otorgó, lo hizo con esa prepotencia que demuestran los de Madrid, esos desconocedores de la esencia andaluza… Sin duda, va a ser eso.

Sin embargo, yo no siento la más mínima pasión ante esa imagen dolorosa, mucho menos fervor, orgullo o dignidad y soy del pueblo andaluz (por más tiempo que la señora Teresa Rodríguez porque nací hace más de cincuenta años y he vivido siempre en esta tierra). Hija, nieta, hermana de andaluzas, viví la religiosidad obligatoria en mi niñez y no puedo negar que alguna vez la disfruté: no había otra cosa.


Porque esta religiosidad de vírgenes y señores bañados en oro y terciopelo se impuso en Andalucía a golpe de palo y rezo y no quedó nadie con el valor o el aliento suficiente para defender su irreverencia. Es cierto también que, exterminados los infieles, les fue muy fácil a los vencedores multiplicar sus ritos y sus fiestas. No hay más que ver cómo se han ido llenando las calles y las plazas de procesiones, misas, romerías un día sí y otro también. Pero eso no quiere decir que todo el pueblo sea creyente, ni mucho menos que defienda la concesión de la medalla de la ciudad para una imagen.


Soy atea y no por eso dejo de ser pueblo y merecer ser representada como cualquiera por las instituciones públicas.
Pueblo es el pescador cofrade y lo es la hija del represaliado ateo.
Pueblo es quien sale detrás de la procesión y lo es quien huye despavorido cada vez que amenazan con sacar un trono a la calle.
Lo es Teresa y lo soy yo.
A ver cuándo entienden de una vez que, en asuntos de pensamiento o creencias, la única manera de representar a todas las personas es no representar a ninguna.


Por mucho que, para justificar la intromisión de la administración pública en asuntos religiosos, Teresa quiera pensar que la Virgen del Rosario es de TODO el pueblo, y que su «devoción» trasciende lo religioso, se equivoca: la Virgen y sus ritos son de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, solo sobrepasan los límites de lo religioso en la medida en que la Curia lo consiente y solo sus fieles pueden hacer uso de ellos. Que se lo digan, si no, a las personas imputadas por imitar una crucifixión, poner su cara en una imagen o procesionar un coño. A las que, por cierto, flaco favor les hacen exaltando desde el despacho lo que solo debe exaltarse desde el púlpito. Si verdaderamente estos ritos fueran de todxs, no solo ellos podrían banalizarlos, arrastrándolos en masa a gritos de «guapa», «novia del pueblo»,  y otros piropos lanzados entre alcohol, farándula y lágrimas a la par  y sin verse por ello al día siguiente ante una denuncia en el juzgado.


Lo que Teresa Rodríguez y Kichi, Monedero, Iglesias, están defendiendo es un sinsentido y tanto ellxs como los jerarcas de la iglesia lo saben, pero se lo callan, estos porque les interesa afirmar su presencia en todas las instituciones públicas y -digámoslo claramente- les divierte ver a aquellos, hasta ayer anticapitalistas, bajando la cerviz ante sus poderes; y lxs otrxs porque creen que así conseguirán los votos de los que aún los consideraban izquierdosos extremistas seguidores de ideologías tachadas de anatemas, esto es: feministas, independentistas o laicistas.

2/4/2021

sábado, 3 de abril de 2021

Semana Santa Vs. Antonio Machado


La saeta, un poema y un 'in crescendo' musical que recrea la atmósfera de lo que debió ser la Semana Santa en tiempos anteriores al bullicio y exceso actual.
 Antonio Machado escribió su poema en 1914, y lo publicó en su más célebre libro "Campos de Castilla". Y Joan Manel Serrat compuso su canción en 1969, editado en su célebre disco dedicado al poeta. A partir de ese disco y sobre todo a raíz de su paradójica conversión en marcha procesional, en 1983, La saeta es más conocida por sus indispensables acordes que las bandas interpretan en su itinerario de Semana Santa, despojada de los versos del poeta que nació en Sevilla.
De hecho, esta 'Saeta' que arranca con una letra popular, ( que debió ser una de las primeras canciones para procesiones y que se conserva en cilindro de cera ) desgajada del poema, "¿quién me presta una escalara...?", a la que Serrat sobreañadió otro verso introductorio, "dijo una voz popular", es una visión crítica de la Semana Santa y su celebración folclórica por las calles sevillanas ( y actualmente espectáculo turístico ). En la que el poeta intuye una manipulación del sufrimiento del pueblo andaluz y de la " fe de mis mayores".
Esta saeta creada por Joan Manel Serrat con arreglos de Ricard Miralles ha sido versionada por muchos autores: Camarón, Manolo Escobar, Lebrijano (de su disco Lágrimas de Cera) o recientemente India Martínez. Además de semiversiones tan fueras de norma como las de Enrique Morente o Miles David. Y seguramente muchos más.
Hay quien opina que hay que ser andaluz para entender el poema y salir de Andalucía para comprenderlo. Sea cual sea la opinión, La saeta, ese pequeño y bello poema de Machado lleno de aparentes tópicos, un siglo después, mantiene un magnetismo casi irracional tanto para los que rechazan las procesiones y su ritual, como para los que la defienden y practican religiosamente o pertenecen a una Cofradía. Eso, sin olvidar al poder eclesial: 
ALGUNAS VERSIONES
India Martínez – https://youtu.be/fPDFlxvXXJc
Camarón & Joan M. Serrat : https://youtu.be/lWlxgB85xJo
El Lebrijano – https://youtu.be/G2Ef2VecSYU
Joan Manel Serrat – https://youtu.be/t7yViVqjQxs

viernes, 2 de abril de 2021