HISTORIA: El 23F andalusí

LOS CENTROS ANDALUCES DEL PUEBLO COMMEMORAN LA QUEMA DE LIBROS ANDALUSÍES

23 DE FEBRERO. Día del libro andaluz.

Las políticas de conversión forzosa que el Cárdenal Cisneros implantó en Granada tras la conquista castellana de la ciudad nazarí, incumpliendo las Capitulaciones por las cuales la población andalusí tendría libertad de culto religioso, propiciaron las revueltas del Albaicín, en protesta por el incumplimiento de las Capitulaciones en materia religiosa y principalmente por incumplimientos económicos. Esta revuelta fue aprovechada por el Cardenal Cisneros para asaltar la Madraza granadina (Universidad), construida por Yusuf I en el año 1349.

Las políticas represivas hacia la cultura andaluza no se quedaron en el asalto a la Madraza. El 23 de febrero de 1502 el Cardenal Cisneros ordenó la quema de libros escritos en lengua árabe. Miles de libros ardieron en las hogueras de la intolerancia castellana. Todos los libros de la Madraza así como los de las bibliotecas privadas, calculados en miles de ejemplares, ardieron en la plaza de Bib-rambla.

La intención no era otra que borrar la memoria de los andaluces, conseguir que el olvido triunfe sobre la memoria, desarraigar al pueblo andaluz de su pasado y asimilarlo para someterlo a la cultura impuesta por el invasor, como medio para asegurarse la continuidad del expolio de las riquezas andalusíes.

Un hecho histórico que desgraciadamente no es pasado. La represión cultural en sus diversas formas está hoy tan vigente como aquel 23 de febrero de 1502:

                -En el Estado español se cierran periódicos como el caso de “Egunkaría” hace 15 años.

                 -Secuestro de la revista humorística “El jueves” por portadas críticas con la monarquía.

- Secuestro del libro “Fariña” por hablar de las implicaciones políticas con el narcotráfico.

- Condenas de cárcel para los raperos Valtonyc, Pablo Hasel, La Insurgencia, por las letras de sus canciones.

-Censura de exposiciones de arte.

-Cárcel para titiriteros

-Procesos judiciales con multas y prisión para numerosos tuiteros por expresar sus opiniones en las redes sociales.

Y todo esto no es más que una parte de la represión política, policial y judicial que está sufriendo el pueblo andaluz y el resto de pueblos sometidos al Estado español. Nos quieren en casa y callados para seguir disfrutando de sus privilegios y explotando nuestra fuerza de trabajo.

Los presos políticos catalanes, condenados por convocar a sus ciudadanos a las urnas; las condenas a jóvenes vascos por una pelea de bar; el asesinato de inmigrantes en las costas; las agresiones fascistas…buscan amedrentarnos, paralizarnos mediante el miedo. La impunidad de las bandas fascistas y los medios de comunicación públicos y privados son parte de ese entramado represivo.

Por todo lo anterior, las andaluzas debemos recuperar la memoria arrebatada por la invasión castellano-católica, para saber quienes somos y de donde venimos, para reconocernos en nuestro pasado y afrontar nuestro futuro sabiendo quienes nos arrebataron el pasado y quienes quieren arrebatarnos el futuro. Curiosamente, son los mismos. Los herederos de las hogueras de Bib-rambla, nuevamente nos quieren callados, sin expresar nuestros pensamientos, ideas o sentimientos. Hoy las hogueras donde antaño quemaban libros, son los juzgados españoles, y los nuevos “Cisneros” son políticos, jueces, policías, periodistas y funcionarios.