Frente a la europa de los mercados, sólo cabe la denuncia. Los mecanismos de toma de decisiones en Europa no son democráticos, y esta es la causa del efecto atroz de sus políticas dirigistas y mezquinas sobre las personas. El Parlamento Europeo, la única institución electa, es sin embargo un florero carísimo que ni siquiera ostenta el poder legislativo. El verdadero poder se ejerce en la Comisión y las demás instituciones verticales que gobiernan en la sombra, en estrecha colaboración con los lobbies de los poderes económicos, un poder expresamente diseñado para saquear a las personas, especialmente a los más necesitados. Este poder vertical nos impone un artículo 135 que antepone el dinero a las personas, y también su Tratado Constitucional (la Constitución de los mercados) que precisó de una consulta completamete adulterada para imponerse, que intenta a toda costa manipular las políticas nacionales en beneficio de los mercados, como ocurrió en las pasadas elecciones griegas... Europa como España tampoco es una democracia, y sus dirigentes tampoco quieren que lo sea.
Consideramos que con semejantes mecanismos no es posible realizar "desde dentro" la profunda transformación que necesita la UE. Debemos exigir a las formaciones políticas que concurran a estas elecciones un compromiso transformador que promueva un proceso constituyente europeo desde la base o en su defecto salir cuanto antes de este pastiche tan caro y tan feo. El Mercado Común es un contubernio economicista absolutamente opuesto a los intereses de las personas, y nos reportarían muchos más beneficios en todos los sentidos marcharnos de él y entrar en Mercosur, por ejemplo, una organización política y económica completamente diferente. Creemos que es mucho más razonable hacer un escrache a la embajada alemana, por ejemplo, y en general a las sucursales del poder europeo durante toda la consulta y especialmente el día de las elecciones europeas, que votar alternativas continuistas o reformistas-desde-dentro que ni tan siquiera se plantean si las personas queremos o no seguir en esta movida tan chunga de la Europa de los mercaderes e inevitablemente alimentan la maquinaria que nos esclaviza.
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